«Tengo dos opciones, permanecer en la oficina de correos y volverme loco…o quedarme afuera y jugar a ser escritor y morirme de hambre. He decidido morirme de hambre.»
Por Shir Camacho para Canal Cultura
Si me preguntaran por una referencia prolífica de la decadencia del hombre, una parodia de los valores, costumbres y creencias de la sociedad, o por un estilo soez y realísticamente vulgar de la fascinante degradación de la vida, solo podría decir, a secas, Bukowski.
Habrá, entre fanáticos y literarios, quiénes aún discuten su asocio con los escritores de la Generación Beat a razón de la similitud de estilo y actitud, o quiénes refutan por excentricidad de ellos. A mi parecer, y si ese bendito desgraciado se levantara de su tumba, los mandaría a todos al mismísimo infierno; pero a pena de santos, esto resaltaría su condición de escritor maldito.
Con su realismo obsceno y su actitud de viejo hombre sucio, Bukowski escribió miles de poemas y cientos de historias cortas, aunque en su recorrido destaquen obras como: El Cartero (1971), Historias de un viejo Indecente (1969) y Música de Cañerías (1983), todas sus obras fueron concebidas bajo el aire de decadencia que se respiraba en Los Ángeles, ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida y, sin duda, fue el epicentro de su desbordada creatividad y «Realismo sucio». Alcohol, sexo, drogas, fracaso y mujeres, toda esa delirante esfera absorbida, admirada y poetizado por una misma persona, lo llevó a convertirse, según la revista Time en «el lauereado de los bajos fondos de EE.UU.» (laureate of American lowlife) y, en definitiva, en uno de los autores más nombrados e influyentes del siglo XX.
A Bukowski
La cuestión, entonces, es poner la mente en disposición de creer con fe ciega, aquello que no es tangible, visible e incluso sensorial. Y vaya!, que no es tarea fácil esa de creer en Dios, en el infierno y en la gloria del sueño sin esfuerzo.
Ya bastante escepticismo resta entre suicidas, borrachos y putas, y no me malinterpreten, créanme que siento tanto aprecio por ellos como por las flores del Wachuma que se abren en los claros de luna y abundan en esta sierra.
Ya bastante desilusión nos desata la fe y frívolo vació la falta de ella.
Pero va dislocado el sueño que se alimenta de la suerte y se arrastra al abismo de la desdicha a causa de la ilusión. Ese sueño que no es sueño sino capricho, que se enfrenta a la realidad en vez de aliarse a ella, incluso, abusar de ella, embriagarla y meterse entre sus sábanas y hacer de la noche lo imposible, como solo el sueño se atrevería a hacerlo, para que al alba, la realidad se halle tan corrompida y no tenga otro remedio más que hacer posible lo soñado.
Que desperdicio ese de ser hombre de sueños, de escepticismo fundado y de creencias dudosas; pero ya mencioné que es tarea difícil esa de creer en Dios y el infierno, por lo que a duras penas le resto un poco de causa a esta mierda y decido otorgar el esfuerzo a los sueños, y asumir como verdades lo que salga de boca de suicidas, borrachos y putas; qué más da, cuando «es tan fácil ser poeta y tan difícil ser hombre».
VER Born Into This, Documental sobre Charles Bukowski:
Les dejamos los siguientes poemas para disfrutas y pensar:
EL GENIO DE LA MULTITUD
Hay suficiente traición y odio,
violencia.
Necedad en el ser humano
corriente
como para abastecer cualquier ejercito o cualquier
jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos
que predican en su contra.
Y los que mejor odian son aquellos
que predican amor.
Y los que mejor luchan en la guerra
son -AL FINAL- aquellos que
predican
PAZ.
Aquellos que hablan de Dios.
Necesitan a Dios
Aquellos que predican paz
No tienen paz.
Aquellos que predican amor
No tienen amor.
Cuidado con los predicadores
cuidado con los que saben.
Cuidado con
Aquellos que
Están siempre
Leyendo
Libros.
Cuidado con aquellos que detestan
la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida
pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez:
tienen miedo de lo que
no conocen.
Cuidado con aquellos que buscan constantes
multitudes; no son nada
solos.
Cuidado con
El hombre corriente
Con la mujer corriente
Cuidado con su amor.
Su amor es corriente, busca
lo corriente.
Pero es un genio al odiar
es lo suficientemente genial
al odiar como para matarte, como para matar
a cualquiera.
Al no querer la soledad
al no entender la soledad
intentarán destruir
cualquier cosa
que difiera
de lo suyo.
Al no ser capaces
de crear arte
no entenderán
el arte.
Considerarán su fracaso
como creadores
sólo como un fracaso
del mundo.
Al no ser capaces de amar plenamente
creerán que tu amor es
incompleto
y entonces te
odiarán.
Y su odio será perfecto
como un diamante resplandeciente
como una navaja
como una montaña
como un tigre
como cicuta
Su mejor
ARTE.-
En Canal Culura, recomendamos leer el blog de la autora: http://herenciasomos.wordpress.com
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