11 de noviembre de 1811 Independencia de Cartagena de Indias.

Por: María Martínez para Canal Cultura

En el mar caribe y con el sol ardiente se alza Cartagena de indias, la ciudad heroica. Sus murallas de piedra, testigos de la historia, guardan el legado de un pueblo indomable que derramó hasta la última gota de sangre en defensa de la libertad y la independencia absoluta del Estado de Cartagena. Fue aquí donde se libró la primera batalla por la independencia de Colombia. Hoy honramos nuestra historia y la valentía de resistir asedios, sitios, conquistadores, reconquistadores y piratas.

Este año, las fiestas de independencia de Cartagena cumplen 212 años, conmemorando la declaración de independencia de la ciudad del dominio español, el 11 de noviembre de 1811. La heroica fue la primera en declarar su independencia de España, y su ejemplo inspiró a otras ciudades del país a seguir su camino.

Las fiestas de independencia de Cartagena son una celebración colorida y vibrante que atrae a visitantes de todo el mundo. Es una oportunidad para conocer la historia y la cultura de una ciudad que ha jugado un papel importante en la historia de Colombia.

Durante este período, la ciudad se llena de actividades culturales, musicales y deportivas. Entre los eventos más destacados se encuentran El desfile de la Independencia (“El bando”), El Festival de Música y Danza Folclórica y la coronación de la Reina de la Independencia.

Además de los eventos oficiales, las fiestas de independencia de Cartagena también se caracterizan por la participación de la población local. Las calles de la ciudad se llenan de personas que celebran con música, baile y comida.

Una historia de riqueza y gloria

La historia de Cartagena se remonta a la época precolombina, cuando era un importante centro comercial para los indígenas Tayrona.

En el siglo XVI, fue fundada por los españoles como una ciudad colonial, y rápidamente se convirtió en un importante puerto comercial y militar.

Cartagena desempeñó un papel importante en la historia de España en América. La ciudad fue sede de varias batallas significativas, y fue un importante punto de partida para las expediciones españolas a América del Sur y el Caribe.

En 1586, el pirata inglés Francis Drake sitió la ciudad durante 106 días pero no pudo tomarla. Esta victoria fue un símbolo de la resistencia de los cartageneros contra la opresión extranjera.

Este acontecimiento militar tuvo lugar durante la Guerra Anglo-Española. El pirata inglés dirigió una flota de 27 barcos y 2.300 hombres contra la ciudad, que estaba defendida por una guarnición de 1.600 hombres al mando del gobernador Pedro de Heredia.

Drake intentó tomar la ciudad por mar, pero las defensas de Cartagena eran demasiado fuertes. También intentó tomarla por tierra, pero la resistencia de los cartageneros fue heroica.

Durante el sitio, los cartageneros sufrieron grandes penurias. La ciudad estaba rodeada y los suministros eran escasos. Sin embargo, los cartageneros resistieron con determinación. Finalmente, el 20 de mayo de 1586, Drake se vio obligado a levantar el sitio y retirarse.

Bocachica y Bocagrande fueron dos puntos clave en el sitio de Cartagena. Bocachica es un estrecho que separa la bahía de Cartagena del mar Caribe. Bocagrande es un promontorio que domina la entrada de Bocachica.

Las fortificaciones españolas en Bocachica ayudaron a defender la ciudad de un ataque marítimo, y Bocagrande impidió que los ingleses tuvieran una posición ventajosa para atacar la ciudad.

En 1815, el general español Pablo Morillo reconquistó Cartagena para la Corona española. Morillo fue conocido como el «pacificador» por su brutalidad en la represión de la independencia colombiana. Su llegada a Cartagena marcó el fin de la primera fase de la lucha por la independencia de Colombia.

Morillo era un general experimentado y competente, que tenía un ejército bien entrenado y equipado. Sabía que tenía que controlar Tierra Bomba para poder tomar Cartagena. Por eso, envió una fuerza de 1.500 hombres a la isla, y logró tomarla.

El control de Tierra Bomba permitió a Morillo bloquear la entrada a la bahía de Cartagena, lo que privó a los cartageneros de suministros y refuerzos. La isla también proporcionó a los españoles una posición privilegiada para bombardear la ciudad.

Durante la reconquista de Cartagena, Morillo ordenó la ejecución de cientos de prisioneros, y la ciudad fue saqueada y devastada. La violencia de Morillo provocó un gran descontento entre la población, y ayudó a galvanizar el apoyo a la causa de la independencia.

La reconquista de Cartagena fue un duro golpe para la causa de la independencia colombiana. La derrota de los cartageneros dejó a la Nueva Granada bajo control español, y retrasó la independencia del país durante varios años.

Pero la semilla de la libertad ya había sido plantada y los colombianos continuaron luchando por su independencia.

En 1821, Cartagena fue liberada por el ejército patriota y se convirtió en una de las ciudades más importantes de la República de Colombia. Su bandera, la cuadrilonga fue la primera bandera de Colombia como nación independiente y en honor a Cartagena otros municipios usan actualmente la cuadrilonga: Barranquilla, El Carmen de Bolívar, Malambo y Tenerife.

Dos mundos contrastados

Hoy en día, Cartagena es una ciudad moderna y brillante, que atrae a millones de turistas cada año. La ciudad cuenta con una rica oferta cultural, que incluye museos, teatros, galerías de arte y festivales. También es un importante centro comercial y financiero.

El centro histórico fue declarado ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es uno de los destinos turísticos más populares de Colombia. La ciudad es conocida por sus murallas de piedra, su arquitectura colonial y su belleza natural.

Sin embargo, a pesar de su riqueza histórica y económica, Cartagena también sufre de graves problemas de desigualdad y pobreza. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 32,8% de la población de Cartagena vive en la pobreza. Esta cifra es superior a la media nacional, que es del 27,8%.

Los contrastes de Cartagena son evidentes en los barrios de la ciudad. Sectores como Bocagrande y Castillogrande, están llenos de lujosos hoteles, restaurantes y tiendas. Otros barrios y corregimientos como La Boquilla y las islas (las cuales tuvieron roles importantes en la independencia) son más modestos, y a menudo carecen de servicios básicos como agua potable, alcantarillado y electricidad.

Se entristece entonces uno al pensar ¿Cómo es que una ciudad tan próspera puede sufrir tanto así?

Esta desigualdad es un legado de la historia de una ciudad que fue fundada como un centro de poder y riqueza. Sí, la desigualdad en Cartagena tiene raíces históricas. La ciudad fue fundada por los españoles como una ciudad colonial, y se desarrolló como un centro de poder y riqueza para la élite española. Los indígenas y los esclavos africanos, por su parte, fueron marginados y explotados.

Estos contrastes son el reflejo de las profundas desigualdades que existen en Colombia. La riqueza de Cartagena es una herencia de su historia colonial, pero la pobreza de la ciudad es un reflejo de los problemas sociales y económicos que afectan al país.

Hoy es una ciudad que parece ser el encuentro de dos mundos aparte. La ciudad es antigua y moderna, pobre y rica.

Un reto para el futuro

Cartagena de indias es un destino turístico popular, empero muchos de sus habitantes no pueden disfrutar de los beneficios del turismo.

Cartagena es una ciudad con un gran potencial, pero para que ese potencial se convierta en realidad, es necesario abordar los problemas de desigualdad y pobreza que la aquejan. El gobierno, el sector privado y la sociedad civil deben trabajar juntos para crear un futuro más justo y equitativo para todos los cartageneros.

Los problemas de Cartagena son complejos y requieren soluciones a largo plazo. Sin embargo, hay algunas cosas que se pueden hacer para empezar a confrontar estos problemas.

Una de las cosas más importantes es mejorar la educación y las oportunidades económicas para las personas que viven en la pobreza. También es importante invertir en infraestructura y recursos públicos para mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de la ciudad, especialmente los de las islas donde es más evidente que se sienten relegadas, hasta el punto de no celebrar masivamente las fiestas de independencia de Cartagena.

El gobierno podría invertir en educación, salud y servicios sociales para mejorar las condiciones de vida de los más pobres. El sector privado podría generar oportunidades de empleo y desarrollo económico para las comunidades marginadas. Y la sociedad civil podría promover la inclusión y la equidad.

La celebración del bicentenario de la independencia de Cartagena es una oportunidad para reflexionar sobre los retos que enfrenta la ciudad y el país. La riqueza histórica y cultural de Cartagena es un patrimonio de todos los colombianos, pero la desigualdad es un desafío que debe ser superado para construir un futuro más justo y equitativo.

La heroica

Cartagena es una ciudad que ha vivido muchas cosas a lo largo de su historia, una ciudad de contrastes, de riqueza y pobreza, de historia y modernidad. Pero es también una ciudad de resistencia y de esperanza.

En el corazón de Cartagena hay una semilla de esperanza que germina en los sueños de los jóvenes que quieren construir un futuro mejor para su ciudad.

Soy hija de Cartagena y soy como ella: mágica, fuerte, valiente y folclórica. Los hijos de Cartagena no seremos una caterva de vencejos. Debemos amparar a Cartagena de los horrores del enemigo sanguinario de la corrupción, la ignorancia y la desigualdad.

Mi ilusión es la de nunca olvidar el juramento de luchar por ti, enloquecida tal vez por el amor y los estudios. Quiero ver la gratificación que te mereces.