Ombligo de luna


Raúl Gómez Jattin, escritor cartagenero. Imagen: Poeticus.com

Por Mauricio Aragón para Canal Cultura

“…Se abren nuevas formas para pensar y descubrir la danza contemporánea”.

Erick Pérez, Capucine Angers, Camila Silva y Jesús David Moreno son cuatro bailarines de distintas latitudes que se reunieron para crear una obra llamada “Ombligo de luna”, como el poema de Raul Gomez Jattin. La diversidad en los orígenes de estos coreógrafos–Cartagena, París y Bucaramanga–  se hizo patente en la manera cómo encararon el proceso creativo. El trabajo se inspiró en la poesía y en la vida de ese escritor tan vinculado a Cartagena. Además, el proyecto resultó ganador en la convocatoria de Impulso de creación en danza y arte dramático del IPCC, en el año 2022. En esta entrevista Mauricio Aragón conversó con estos artistas sobre la obra y las trayectorias personales de sus creadores.

Para Erick Pérez: Ombligo de luna es uno de los poemas de Gómez Jattin que más sitúan al lector en el paisaje de Cartagena. En la exploración que hiciste de su poesía, ¿crees que en ella prima lo urbano o lo bucólico?

Hay un poema de él que hace parte de una sección llamada Retratos: Si quieres saber de Raúl /Que habita estas prisiones /Lee estos duros versos /Nacidos de la desolación /Poemas amargos /Poemas simples y soñados /Crecidos como crece la hierba /Entre el pavimento de las calles. Creo que este poema resume y responde tu pregunta. La poesía de Raúl recoge paisajes urbanos y rurales. Esta relación entre esos paisajes precisamente nos llamó mucho la atención porque se trataba de poner eso, de plasmarlo, en la escena y en el movimiento.  Fue un camino a seguir, tratamos de nutrirnos de esas dos fuentes. A través de nuestra obra Ombligo de luna”viajamos, gritamos, honramos la poesía de Raúl Gómez Jattin. Al mismo tiempo nos apoyamos en sus hombros para poder hablar a través de la danza.

Hace unos diez años Álvaro Restrepo te presentaba frente a un auditorio en Londres llamándote la nueva sangre de la danza colombiana. ¿Cómo te ves tú ahora, y cómo ves el panorama de la danza contemporánea en nuestro país?

Pienso en el gremio de la danza aquí en Cartagena y en el país, en las comunicaciones que conectan a todo el planeta en tiempo real. Ahora podemos ver danza desde nuestros celulares. Hoy podemos compartir lo que sentimos y lo que estamos creando de inmediato. Creo que el panorama de la danza nacional está en un momento en el que se abren nuevas formas para pensar y descubrir la danza contemporánea. Hace años, cuando estaba en Londres, no tomé tan en serio las palabras de Álvaro como ahora. Lo medito y trato de entender lo que él quiso decir y le agradezco porque siento que él vio en mí una voz llena de vitalidad. El Colegio del Cuerpo me enseñó a cuestionarme, me enseñó a pensar las obras, las cosas que veía en la calle, mi propia vida. Aprendí que yo también me vuelvo escultor de mi cuerpo.

Para Capucine Angers: El pasado diciembre bailaste con el Colegio del Cuerpo la obra «Negra» en el Centro de Convenciones. En ella se incorporan poemas de Aimé Césaire escritos en francés, tu lengua materna. ¿Cómo experimentas esa mezcla de los versos de ese escritor, la música de Nina Simone y la de Victoria Santa Cruz?

Negra fue la primera obra en la que participé con el Colegio del Cuerpo. Para mí es muy importante. La bailé inicialmente en Francia. Hoy, seis años después, siento que entiendo más ese texto de Césaire, aunque es muy difícil. Lo estudié, justamente, cuando lo encontré de nuevo; lo siento muy poderoso. Hay un momento en la obra en el que levantamos suavemente la cabeza y abrimos los ojos. Ahí me digo: voy a descubrir el secreto de las grandes comunicaciones y de las grandes combustiones. Siento que en ese momento todo el mundo está conectado. Con las canciones de Nina Simone noto que pasan por mucha violencia, mucho poder, mucha fuerza. De aquel poema de Césaire pasamos a Victoria Santa Cruz en un momento en el que todos estamos gritando ¡Negra, negra, negra! Allí me siento muy involucrada aunque es algo paradójico porque soy una francesa gritando eso. Pero justamente yo siento la ira, siento la injusticia y la razón de esas luchas.

Hay una canción de Nina que me conectó mucho y es Tomorrow is my turn. Siento que es un momento en la obra muy poderoso después de haber gritado aquello frente al público. Es un poco aceptar que hay que seguir el camino, ir adelante. Aceptar el pasado precisamente porque ya pasó. Como dice la canción, mañana es mi turno, It ‘s too late to regret.

Para Camila Silva: ¿Cuál es el poema de Raúl Gómez que te resulta más personal?

La poesía de Raúl Gómez Jattin es atrevida, es una poesía Caribe, que resalta la naturaleza, que muestra a un hombre que traspone su corazón y su sexo. Lo que más me conmovió es cuando muestra su soledad y su dolor. Especialmente con Ruego a una deidad. Él nos muestra sus intentos por superar la tristeza, la lucha que tiene contra la desgracia. Al final termina pidiendo perdón porque no logra salir de ese sentimiento. También, me interesó mucho la conexión de Raúl con su madre, como ella inspiró mucho de su poesía. El poema Lola Jattin tuve la oportunidad de interpretarlo y de crearle un movimiento. Me fascinó la tensión que hay entre el pasado y el futuro, como él inicia hablando del momento en que no existía, cuando estaba en el vientre de su madre. Termina en el momento en el que él ha muerto y su memoria y el recuerdo de él solamente van a estar en los versos. Este poema magnífico es uno de mis favoritos. Leí que Raúl decía que toda obra de arte surge del dolor y yo estoy completamente de acuerdo. Para mí el dolor es un motor para los artistas.

Has bailado con el Colegio del Cuerpo en los últimos dos años de tu vida. ¿Cuál ha sido la obra de la compañía que más retos te ha representado?

Flowers for Kazuo Ohno (and Leonard Cohen) es una de las más exigentes. Es una obra que rinde homenaje al bailarín de danza butō y usa la música del cantante canadiense Leonard Cohen. Es una de mis obras favoritas. Tiene una exigencia porque deben hacerse muchos cambios de vestuario y al mismo tiempo hay una exigencia técnica porque tienes que entrar en diferentes roles, no eres el mismo personaje todo el tiempo. Para mí es una obra maravillosa y también fue una de las primeras que pude ver del Colegio del Cuerpo; me cautivó. Tener la oportunidad de bailarla es una experiencia única al estar del otro lado, en el escenario. Poder transmitir eso que vi en escena es increíble. 

Para Jesús David Moreno: ¿Cuándo supiste que querías dedicarte a la danza, ¿y por qué?

Mi primer encuentro con la danza surge a los quince años cuando estoy en el colegio. En un principio era por hacer algo diferente, salir de las clases de matemáticas…de estar allí por las notas. Estaba con personas con las que me sentía cómodo. Era un ambiente social divertido. Me fui dando cuenta de que podía soltar mucho de lo que tenía en mi cabeza y en mi corazón y en mi ser…completamente. Ahí pues fui tomando, creo que pasión. Empecé a tomar clases día tras día de ocho a diez de la noche desde el 2015 hasta el 2022. Se fue convirtiendo en un hábito, en una disciplina y en una pasión. Actualmente me da síndrome de abstinencia si no bailo.

¿Cómo procuraron expresar en su obra “Ombligo de luna”la locura de Raúl Gómez Jattin? 

Recuerdo que cuando tocamos este tema tratamos de ponerlo en los términos de nuestro análisis preguntándonos qué es la locura para la sociedad, qué era la locura para Raúl y qué es la locura para nosotros. Estar loco puede ser una apertura de la mente misma, puede ser una posición mucho más crítica, más personal sobre muchos temas. Nos dimos la oportunidad de entrar cada uno en su locura. Hay un momento específico en la obra: La noche, donde cada uno interpreta un instante “fuera de lo normal” que podría encasillarse en “locura”.

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