“Necesitamos contrarrestar y desestabilizar al sistema colonial y capitalista que nos está despojando no sólo territorio, sino incluso busca despojarnos de la palabra y de la existencia. Esta es una pelea por la vida”
Entrevista realizada por Alí Majúl | Canal Cultura
Meztli Yoalli Rodríguez, nació y creció en México, antropóloga y feminista antirracista. Actualmente realiza doctorado en la Universidad de Texas en Austin. Trabaja temas en torno al racismo, sexismo, perspectivas descoloniales, violencia estatal, política de la muerte, y el papel de los afectos y emociones en la producción de otras formas de política. Es parte de Chulita Vinyl Club, colectiva de mujeres de color que tocan viniles. Hoy nos habla y analiza lo sucedido en Charlottsville, el riesgo del programa DACA, la geopolítica de la muerte, políticas de deportación de Trump y otros temas que surgieron en este encuentro.
- Antes de nada, antes de incendiarnos con estas preguntas y respuestas estoy muy sorprendida contigo. Eres una potente DJ, estudiante de un doctorado y sabes mucho de música, eso me encanta, me mata. Hablas algo muy bonito acerca de aprender con el corazón, crear nuevas narrativas y a escuchar incluyendo los silencios. Precisamente, te quiero preguntar algo que manifestaste en alguna ocasión, ¿cómo se pueden construir otras maneras de hacer academia? y ¿Cómo nos podemos imaginar o pensar otra academia que piense más en lo comunitario?
Creo que la Academia históricamente se fundó en la idea de razón o racionalidad, también de una tradición colonial de dividir en binarios mente-cuerpo. Siento que la música, así como otras formas de arte, son acercamientos a la parte sensible de la humanidad, a las emociones y los afectos. Considero que podremos pensar en otra academia a partir de juntar el pensamiento con el sentir, porque también, a partir de lo que corazonamos, estamos conociendo y aprendiendo. Pensar o yo diría sentir lo comunitario implica afectos colectivos. Además de sentir, creo que hace falta mucha práctica común, desindividualizar la academia, acuerparla colectivamente. Hay que salir a las calles, derrumbar las fronteras invisibles entre la academia y la calle. Debemos también combatir el racismo y sexismo institucionalizado y naturalizado en La Academia. Creo que es urgente desestructurar el despojo y extracción de conocimiento a comunidades y poblaciones, como parte de una neoliberalización académica, pero también de su origen colonialista. Frente a la necropolítica, la política de la muerte, que existe en el mundo, hay que usar los espacios de la academia para también ocuparlos de otras voces, otras resistencias, otras historias.
2. Algo muy reciente y es Charlottesville, Virginia. ¿Por qué es importante que esto se sepa en todo los rincones del planeta?, ¿qué propones ante esto?, ¿qué no se sabe de Charlottsville?
Es importante que se sepa lo de Charlottesville, uno, porque no es algo nuevo. La ideología de la supremacía blanca está en la fundación de Estados Unidos como nación. Desde genocidio y etnocidio de pueblos nativo-americanos, así como la esclavitud de la población afrodescendientes y la segregación racial. Actualmente vemos en años recientes la violencia policiaca contra la población afro-americana, las cárceles con población mayoritariamente latina y afrodescendientes,lo cual no es casualidad, sino por una racialización y criminalización de la cuerpos no-blancos. Además, existe el racismo cotidiano y la xenofobia contra los latinos, las redadas por parte de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) los cuales encierran para luego deportar y separar familias de inmigrantes, además de la acentuada islamofobia y la construcción de la otredad en general, como una “amenaza” para la nación. También pienso que la supremacía blanca de los liberales o progresistas no sólo existe la de los republicanos racistas, existe la de los gentrificadores, la que desplazan a la población de sus barrios y los encarecen para construir cafés y bares. Existen los que no escuchan otras voces, las que mantienen los barrios segregados racialmente aún cuando la “segregación” legalmente ya no existe, existen los que arrebatan la palabra. La supremacía blanca siempre ha existido en el desigual acceso a justicia, a educación, a salud. Lo que ocurrió en Charlottesville es lo que se ha sembrado cotidianamente en Estados Unidos y Trump es, por decirlo así, sólo una de las expresiones de lo que se ha gestado. Aunque, afortunadamente, también siempre han existido resisitencias como la lucha por los derechos civiles, y actualmente vemos, entre otros, movimientos como el de Standing Rock en contra del despojo de territorio de pueblo nativoamericano y Black Lives Matter en contra de la violencia policiaca contra población afrodescendiente.
3. Meztli, hace días escribiste sobre las muertes racializadas, silenciadas, te referiste a las jerarquías y geopolíticas de la muerte. Comparando lo que pasó en Barcelona con lo sucedido en Charlottesville y sumando lo de Guatemala. Hablemos detenidamente de esto. Hablemos de esa geopolítica de la muerte que es muy presente en estos últimos días.
Creo que hay cuerpos y vidas que importan más que otras históricamente en la jerarquía de clase, raza, género, edad, nacionalidad, entre otras. Lo que ocurrió en Barcelona enseguida fue nombrado como terrorismo, aún cuando no se sabía quién había sido el responsable de aventar automóvil a la multitud y enseguida comenzaron comentarios de islamofobia y xenofobia. Por el contrario, en Charlottesville, un hombre blanco de igual forma aventó el automóvil a la gente, no se le llamó terrorismo. Cuando los que marcharon en Charlottesville gritaban “Las vidas blancas importan” (White Lives Matter) y “No nos van a sustituir” (You will not replace us) ¿A quiénes le hablaban? ¿A quiénes se dirigían? Es un mensaje directo a todos los cuerpos no-blancos en el país, es un llamado claro de nacionalismo blanco. Esto no es casualidad. Entonces ahí te das cuenta de las narrativas de la biopolítica que controlan y criminalizan cuerpos no-blancos. Además, de saber cuáles son las muertes que estarán en todos los medios de comunicación y de cuáles no sabremos nada. En Guatemala murieron al menos 7 personas en una balacera en la misma semana y no se difundió tan masivamente. De igual forma, esos mismos días hubo un ataque en Nigeria donde murieron al menos 27 personas y tampoco se divulgó tanto. Esto sin contar todos los otros ataques, muertes violentas, feminicidios, y demás crímenes que ocurren cotidianamente en comunidades indígenas, negras, o en países que no son hegemónicos en la geopolítica. Tenemos que hablar de las muertes racializadas, de las muertes silenciadas, ¿a quiénes se nombran incluso a la hora de morir y a quiénes no? ¿Frente a qué muertes se naturaliza la violencia?
4. No sé cuántos días con exactitud lleva Trump en la presidencia, pero quiero que tú hagas un análisis de todo lo que ha sucedido. Dialoguemos de Trump y América Latina. ¿Qué ha pasado?, ¿qué pasará?, ¿para dónde vamos?
Eso lo platicábamos el otro día con unos amigos, no lleva ni un año Trump pero parece que ha sido eterno. Este señor representa precisamente la supremacía blanca, el racismo, el clasismo y el sexismo. Con la llegada de Trump está en riesgo el programa de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), que protege temporalmente de deportación y les da un permiso de trabajo, que para aproximadamente 800,000 personas significa la única solución para estar en el país con un papel que avale su estancia. La verdad es que la migración siempre ha sido criminalizada, incluso desde Obama. Lo que es cierto es que Trump ha justificado y legitimado un racismo explícito y cínico. El racismo nunca se fue de Estados Unidos, está en su… digamos “ADN”, los grupos de odio o de ideología de supremacía blanca incrementaron desde el año 2000, pero ahora con Trump se han incrementado rápidamente, alt-right por ejemplo no existía hasta muy recientemente, y que muchos de los que participan en estos grupos fueron votantes de Trump. Por otro lado, afortunadamente, siempre ocurrirá la resistencia de grupos que siguen apostando por la dignidad y por la lucha anti-racista, anti-xenofóbica, anti-capitalista y anti-patriarcal.
5. Conversemos un poco de las nuevas políticas de deportación de Trump, ¿cómo están las leyes de inmigración?, ¿Qué cambios ha implantado Trump?, ¿cómo es la “seguridad fronteriza” en este momento? y ¿por qué llamar una seguridad fronteriza, qué implica todo esto?
Como lo dije anteriormente, el programa de DACA está en peligro con Trump pues quiere desaparecerlo. Asimismo, particularmente en Texas, el 1º de septiembre entra en vigor la ley SB4. Esta ley, permite a los policías de la ciudad pedir documentos a quienes le parezcan, tan sólo por su aspecto físico o su color de piel, es decir, de nuevo cuerpos racializados que no caben en el país construido como “blanco”, es una ley que discrimina basado en el perfil racial de la persona. Esto implica una legalización, de nuevo, del racismo. Esta ley, por cierto, es muy parecida a la ley SB10 que estuvo en Arizona en 2010, a cargo del Sheriff Joe Arpaio, quien por cierto fue denunciado por violaciones a derechos civiles, en julio de este año fue declarado culpable y Donald Trump lo acaba de indultar en agosto de 2017. Esto también nos habla de la política de migración en Estados Unidos como una política racista, xenófoba e inhumana. Estamos también frente a una necropolítica que quiere ver a los cuerpos no-blancos muertos, desaparecidos, encarcelados, o deportados, pero no en ese territorio blanqueado y que busca blanquearse aún más.
6. Hablamos de mujeres y hombres trans, lesbianas, trabajadoras sexuales, feministas y no feministas, afroamericanxs, indígenas y otras poblaciones históricamente excluidas en la administración de Trump. ¿Es importante la movilización social en este momento? y ¿cómo se puede hacer una resistencia radical frente a este monstruo?
Estas poblaciones que se han constituido la otredad frente al cuerpo centrado blanco, cis-hombre, de clase media o alta, siempre han estado en resistencia pues siempre han vivido, desde la formación de la nación de Estados Unidos, ataques de diversas formas de violencia. Sin embargo, cabe destacar, que, efectivamente, con Trump en la presidencia, pero sobretodo con los grupos de odio y el racismo normalizado en lo cotidiano, debemos resistir más, sin miedo, ocupar los espacios públicos, pero también ocupar nuestros hogares, nuestros barrios. Creo que también tenemos que acuerparnos, en el sentido del cuerpo, de sentirnos cerca, pero también de sentirnos per se, tenemos que aprender a escucharnos en nuestras múltiples diferencias. Tenemos que centrar las voces que han sido históricamente periféricas. Pero también debemos ser autocríticos, por ejemplo, el racismo anti-negro y anti-indígena tan impregnado en Latinoamérica, o el racismo que se niega bajo el mito estatal del mestizaje. Tenemos que pensar en los privilegios de cada una de nosotras y de ahí, más allá de las palabras, accionarnos para producir comunalmente respuestas y preguntas.
7. Finalmente, ¿para dónde vamos?
Creo que esa es la gran pregunta. No tengo respuesta, pero sí sé que necesitamos contrarrestar y desestabilizar al sistema colonial y capitalista que nos está despojando no sólo territorio, sino incluso busca despojarnos de la palabra y de la existencia. Esta es una pelea por la vida.
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