“Pruebe muy bien la información antes de tragarla”.
La pobreza ha sido históricamente un flagelo que ha acompañado la historia de todas las naciones del mundo. La desigualdad y desequilibrio de clases siempre han estado enmarcados por el extremo poder de la clase pudiente o dirigente y la reducción de oportunidades de la clase más necesitada.
La pobreza es producto de una política pública de muchas naciones que permite que esa diferencia exista, debido a que las leyes favorecen a los “pudientes” y desprotegen ampliamente a aquellos que se les dificulta su movilidad social y económica. De igual forma, el sistema económico capitalista permite que siempre existan estos dos extremos, personas que tienen mucho y otras que no tienen nada; y mientras esté respaldada esta anomalía económica bajo un poder constituyente, jamás va existir la mínima posibilidad de que esta brecha se reduzca y se establezca un verdadero equilibrio.
El sistema económico ha reducido la forma y la obtención de riquezas y paradójicamente, para que esta pueda existir, tiene que haber pobreza, evidenciado claramente en la tendencia de que es la clase menos favorecida las que se sitúa en el peldaño más bajo dentro del proceso de obtención y acumulación de capital, desempeñado roles en la producción, que si bien son importantes (obreros, agricultores, mineros, etc) en general ejecutan funciones operativas con garantías legales y económicas muy desprotegidas en todos los aspectos.
Solo quedan pocas herramientas que pueden ayudar a disminuir la brecha de pobreza dentro de las sociedades, de las cuales puedo mencionar desde la manera más fácil y menos segura que es a través de una política pública que ajuste ese desbalance y que permita abrir un abanico de posibilidades para la movilidad social; y la segunda que es la más larga y de cierta forma la más compleja, es por medio el acceso de la educación con calidad. Un pueblo educado no es ignorante, y bajo esta condición se le facilita el acceso a la justicia, a la interpretación de la norma y el empoderamiento de sus derechos y deberes.
La primera opción, corre el riesgo de ser modificable por el gobierno de turno y deja al alzar una situación determinante de clases, y no define ningún progreso estable, debido a que la problemática de la pobreza se toma como una situación de ley más no una condición humana, y si no se forma lo humano el problema persiste; en cambio que por parte de la educación esa situación queda resuelta porque es a la persona, al humano a quien le queda la libertad de elegir, de emprender y de medir sus actos.
En un sistema democrático y capitalista, un pueblo educado puede triunfar, por ejemplo, puede haber más sensatez al momento de la elección de gobernantes, al tener más acceso a una plataforma educativa equilibrada donde la masa, que por lo general no son los ricos, tendrían la fuerza de opinión y crítica, y al generar debates en torno a la realidad del país, excluye directamente a esos políticos mafiosos y corruptos que engañan a los desinformados y no estudiados.
El sistema capitalista diseñado por Adam Smith, el cual promueve, el libre comercio y la libre obtención de riquezas de acuerdo a las situaciones deseables y condiciones territoriales, la cual prácticamente promueve el pensamiento “tu obtienes lo que te mereces”, es decir, que de acuerdo a tus capacidades tienes derecho a la consecución de riquezas.
Ese principio de libertad de consecución de riquezas por medio de cualquier tipo de actividad comercial, que trajo consigo las políticas del libre comercio podría funcionar en un Estado o un Gobierno el cual propugne igualdad en las condiciones para sus ciudadanos, es decir, aquel que genera un mayor esfuerzo referente a las mismas oportunidades, obtendrá una ganancia o premio mayor con referencia con aquellos que no hicieron lo mismo; así que de cierta forma, sería una condición ideal para aquellos poblaciones que tienen dentro de sí, un espíritu de superación y de movilidad social por medio del esfuerzo.
Pero la realidad es otra, iniciando que en muchos gobiernos la igualdad de condiciones y oportunidades para un caso específico, ni siquiera es concebible; es por eso que hay esferas en que cierto grupo poblacional cuenta con garantías que le permiten ascender sus riquezas y su movilidad social, por medio de las oportunidades que les brinda el estado, que en muchos casos cuenta con alta representación de esta clase social.
En ese orden de ideas, mientras la misma clase dirigente sea la misma que administre y concentre las riquezas públicas y privadas, jamás darán espacios de inclusión a los sectores excluidos y “pobres”, quienes además al no tener una educación de calidad, se vuelven ignorantes de los orígenes de sus condición, además de caer en el círculo de corrupción y clientelismo de los dirigentes, al utilizarlos como grandes contribuyentes con la recopilación de impuestos (ahí si les cobran como ricos) y al ser la gran mano obrera de los negocios estatales y privados desde todas la áreas económicas.
Un país con un sistema capitalista libre y democrático, que cuente con grandes focos de manipulación y concentración de riquezas y poder, se convierte en el escenario ideal para que las clases sociales estén muy distantes, y que el desorden económico tenga de aliado a grandes contrastes sociales, es por eso que en una misma ciudad y en un mismo trayecto, no menos de 5 kilómetros puedes encontrar un barrio de estrato 6 que vecina con otros estratos 1 y 2.
Al parecer el origen de la pobreza sigue siendo el mismo desde el origen de los tiempos, el egoísmo humano y la incapacidad de ponerse en el lugar del otro, inclusive de sí mismo. El Estado, al otorgar todos su recursos para explotar indiscriminadamente todas nuestras tierras y riquezas y que se concentren en pequeños círculos económicos, condenan además de la pobreza de sus ciudadanos a la pobreza de nuestro territorio, al secar los cuerpos de agua, explotar nuestra corteza y desmejorar nuestros territorios fértiles, imposibilitando en un futuro a la descendencia de los colombianos, disfrutar y gozar de las riquezas naturales de su territorio, de los cuales todos tienen derecho.
Con esto no quiero proponer que el capitalismo es el problema y que la solución sería otra corriente de gobierno como el comunismo, por lo contrario, son argumentos que justifican la adquisición de pobreza en las naciones, que cuentan con un desequilibrio político y económico bajo un sistema liberal, reglamentado en una constitución elaborada por personas que legitiman políticas que promueven las brechas y distancias entre las clases.
Como lo mencioné anteriormente, la solución está en un sistema que promueve igualdad de condiciones y oportunidades, en el cual promueva el libre ascenso por medio del esfuerzo personal o colectivo, que le permita cosechar el fruto de ese esfuerzo, implementando un sistema de educación de calidad e integral, donde la concepción de derechos y leyes estén en la conciencia de cada uno de los ciudadanos y no en cabeza de pocos que solo sepan interpretar la ley a su beneficio.
El Estado triunfa cuando el conocimiento de la norma es de dominio público y esté adherida en la conciencia de sus habitantes, donde cada uno cuenta, interpreta y sabe profundamente en que sociedad está, que tipos de leyes le rigen en su día a día, y cuando están se ven vulneradas sea por un individuo o un colectivo, tanto del sector privado como el sector público, los ciudadanos logren detectar oportunamente y de manera ágil, estas falencia y cuenten con instrumentos estatales que acudan, para que de manera efectiva y óptima puedan darle solución a su situación.
En ese orden de ideas, y de acuerdo a la experiencia y estudio, está demostrado que las sociedades más equilibradas, menos pobres y con mayor índice de movilidad social y equilibrio de clases, son aquellas donde los ciudadanos cuentan con un buen servicio de sus necesidades básicas como la educación, la salud y sistemas de transporte, en donde el ciudadano promedio tiene un fácil acceso a las leyes, desde una manera holística y amplia.
Pero en sociedades como la colombiana, donde prácticamente hay que recurrir a un abogado para saber cuáles son los derechos que tiene cada persona, en donde se ignora profundamente cuales son las normas legales impuestas en la constitución, de las cuales regulan el comportamiento de los colombianos, jamás se tendrá un acceso preciso a la justicia, sumado a un monopolio de poder, amplia magnitud de corrupción y robo al erario público, condenan a un país rico a una pobreza inclemente y a una distancia de clases abismales, donde existen personas que no tienen absolutamente nada, ni siquiera oportunidades, y otras que en donde no existe ni la posibilidad de cuantificar sus riquezas desmedidas y desproporcionadas.
La pobreza de unan nación es única y responsablemente de los gobernantes y no se justifica que en una tierra que posee todas las condiciones naturales y tecnológicas, tenga esferas de pobrezas de un país que no cuenta ni siquiera con un recurso natural. Ni los grandes pensadores de la historia y filósofos de la humanidad pudieron predecir otro flagelo que se suma a este factor de pobreza como lo es el narcotráfico. Este elemento nuevo al sistema económico, capta enorme cantidades de riquezas detrás de un problema de salud pública, comercio clandestino, indiscriminado, peligroso, mafioso y genocida.
Ninguna nación que no haya legitimado esta práctica, está a salvo del poder oscuro y peligroso que trae todo el negocio de las drogas; además de no aportar ninguna clase de impuestos, crea un problema cultural del “dinero Fácil”, que si le adhieres un gobierno inestable y centralizado en poder y riquezas, no contará con el material y la logística que contraataque este aspecto.
¿Y qué hace el gobierno cuando la comercialización de la droga hace parte de las problemáticas sociales y económicas?, pues invierte en guerra, y le quita a la educación, a la vivienda, vías y a las oportunidades social.
Ahí se resumen un poco la evolución desmedida de la pobreza y como se ha mutado y empeorado con el paso del tiempo, al incluir a nuevos protagonistas como el narcotráfico y en nuestro caso, fuerzas subversivas, que también desvían la inversión social por la guerra.
Por Michael Nárvaez – ellaberintodelminotauroblog.wordpress.com/
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