El mundial de fútbol Brasil 2014 llega a los octavos de final y las protestas contra la FIFA y por los derechos fundamentales van cambiando de estrategia. Las calles repletas y las banderas y decoraciones verde-amarelas están más presentes. En esta fase, quien antes se escondía para ver el juego ahora mira hacia afuera y hasta arriesga un grito emocionado de gol. Al mismo tiempo, los policías refuerzan su aparato militar y usan tácticas alemanas para contener y reprimir cualquier actitud de protesta.
Bienaventurado quien consigue unir la pasión por el fútbol con los deseos y reivindicaciones populares. Si la copa deja un legado claro, es el de la concientización de la población frente a los desmanes de la FIFA, y eso se evidencia más en cada nueva fase, cuando los efectivos en la calle aumentan cerrando el cerco contra los manifestantes.
Hoy, en el acto la Copa en la Calle, promovido por el Comité Popular de la Copa y las Olimpiadas en Rio de Janeiro, reunió diversos movimientos sociales, artistas y activistas para llenar de color las calles de Copacabana y mostrar de forma irreverente los sufrimientos de quienes fueron directamente afectados por el mega evento. Dividido en grupos, los militantes cargaban banderas por el derecho a la vivienda, la legalización de la marihuana, además de alegorías de carnaval y una linea de ‘frente rosa shock’.
En el Día Internacional del Orgullo Gay, un grupo de travestis, prostitutas, gays y lesbianas, también participó del acto y entonaba consignas exigiendo respeto y reivindicando los derechos de esta población discriminada por la sociedad.
Al pasar por la zona de Leme, el acto se dividió entre el grupo que siguió hasta el Fifa Fan Fest, y los que participaran en el ‘FuckFifaFest – Ejercicio en la Copa con Bunytos de Corpo’, otra manifestación que reinventó la estética y la forma de la protesta realizando un partido de fútbol con hombres y mujeres desnudos jugando en la arena.
Para cerrar el día, el acto Não Vai Ter Copa presentó la realidad de siempre en las protestas: el contingente policial diez veces mayor que el número de manifestantes, activistas detenidos y la intimidación como táctica de la Policía Militar. ¿La novedad? Hay gente haciendo cosas diferentes.
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