El amor heterosexual es una construcción socio-cultural. Lo demás es natural.
Regularmente, me encuentro en la vida con personas que, cuando se enteran que soy activista por los derechos de la mujer y feminista me preguntan: «Vanessa, ¿Eres Lesbiana?». También me pasa seguido, que cuando algún macho o defensora paupérrima del patriarcado pretende violentarme con insultos o desautorizar mi opinión comienza a llamarme «Lesbiana! Lesbiana!», como quien anuncia la llegada de la Máscara de la Muerte Roja.
Recuerdo cuando quedé embarazada de mi única hija, una de mis tías consolaba a mi papá diciéndole: «Bueno, por lo menos no vino diciendo que era drogadicta, prostituta o lesbiana!». A lo que mi padre contestaba: «Tienes razón, hay cosas peores que ser mamá soltera».
Luego, con los años, cuando me convertí al Islam y llegó el momento de anunciar mi decisión a mis cercanos, algunos ponían cara de terror y me decían: ¡Por…
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