“Vivir es desviarnos incesantemente. De tal manera nos desviamos, que la confusión nos impide saber de qué nos estamos desviando.” Franz Kafka
Por Aleja Rojas González | Paraisocultural |Canal Cultura
Franz Kafka
SU VIDA
Debido a las diferentes divisiones europeas, Kafka nació dentro de los límites del imperio austrohúngaro, al final de sus días era de nacionalidad checoslovaca y si aún viviera simplemente sería una ciudadano de República Checa. La vida del escritor praguense de origen judío se desarrolló en su mayoría de manera atormentada y llena de traumas psicológicos, ya que nació en una época que propiciaría su tendencia a escribir sobre temas como la alienación, la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre padres e hijos, personajes en aventuras terroríficas, laberintos de burocracia, y transformaciones místicas. Asimismo, en gran medida se le atribuye su pesimismo y tristeza a la hora de escribir a la muerte de sus hermanos Georg y Heinrich, que fallecieron a los pocos meses de nacidos. Kafka se sentía culpable por los decesos ya que los atribuía a los enormes celos que sentía por la atención que sus padres les prestaban a los nuevos integrantes de la familia. A ello se sumó que sus tres hermanas Gabriele (“Elli”), Valerie (“Valli”), y Ottilie (“Ottla”), fueran víctimas del holocausto nazi.
Además del checo, dominaba el alemán y el francés; visitaba la sinagoga cuatro veces al año obligado por su padre. Siendo adolescente ya sentía especial inquietud por la obra de Nietzsche, Darwin y Haeckel, por lo que el ateísmo y el socialismo empezaron a ser parte de su ideología, a la que se sumaban los conocimientos de las ciencias naturales y la historia del arte. Su espíritu irreverente hizo que destruyera sus primeros escritos por las diferencias con las de sus compañeros de aula. Después de tentar estudios de Química en la Universidad de Praga (solo duró dos semanas), Historia del Arte y Filología alemana, terminó doctorándose en Derecho (1906) por imposición de su padre. Algo que llamaba la atención de Franz Kafka era su inteligencia, su particular sentido del humor y apariencia infantil (que contrastaba con la frialdad de sus acciones). La fragilidad de su salud lo hizo recorrer diversos hospitales.
EL ESCRITOR
Se inició como escritor alternando su labor en una agencia italiana de seguros de accidentes laborales, que de alguna manera fue su fuente de inspiración. Sus influencias literarias estuvieron marcadas por autores como Dickens, Flaubert, Cervantes y Goethe. En 1912, después de varios viajes por el extranjero, Kafka decidió ser escritor: Escribió “El Juicio” y terminó su obra “Contemplación” (una serie de 18 relatos). En 1913 llegó “Consideración” y en 1915, “La Metamorfosis”, su obra cumbre, con la que obtuvo el reconocimiento mundial y por la cual es un referente literario para los escritores actuales.
“Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza, veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo…” Así comienza La Metamorfosis, la obra insignia del escritor checo Franz Kafka.
Siempre se mostró como un escritor melancólico que tenía como principal característica el pesimismo. Fue autor de tres novelas,”El Proceso”,”El Castillo y “El desaparecido”. Además de sus novelas, Kafka es autor de un gran número de relatos cortos y escritos autobiográficos. Lamentablemente, en 1917 le diagnosticaron tuberculosis, enfermedad que lo postró mucho tiempo, siendo atendido por su hermana Ottilie, pero siguió escribiendo, de tal forma que en 1919 culminó “Un médico rural”. Una de sus obras póstumas es “Carta al Padre”, en la cual habla de su difícil relación con su padre y de sus sentimientos de culpa. Es un relato dramático en el que el autor narraba su tortuosa vida familiar y en el cual le hacía un fuerte reclamo a su progenitor.
SU MUERTE
Entre 1913 y 1917, Franz Kafka se vio enredado en una relación de amor odio con Felice Bauer, a la que incluso le llegó a proponer matrimonio y a intercambiar más de 500 tarjetas y cartas. La relación terminó, pero Franz en su intento de reconquistarla, pidió ayuda a Grete Bloch, pero inesperadamente terminó teniendo un hijo de ésta y la separación definitiva de Felice. Sin embargo, más tarde, mientras se recuperaba de un cuadro de tuberculosis, se comprometió con Julie Wohryzek pero rompieron poco tiempo después.
Kafka seguía escribiendo entre Praga y Berlín, fue en esta última ciudad en que conoció a Dora Diamant, una joven periodista de 25 años, con la que llegó a vivir en Berlín y por la que se interesó más por el judaísmo. A finales de 1923, una pulmonía motivó su regreso al hogar paterno en Praga. En marzo de 1924, sufrió un ataque de tuberculosis de laringe, por lo que su alimentación era solo de líquidos, lo que conllevó a su muerte el 3 de junio. Su vida se apagó a tan solo un mes de cumplir los 41 años. Días después, el 11 de junio, fue enterrado en la tradición judía en el Nuevo Cementerio de Praga.
Kafka quería permanecer en el anonimato y nunca se convenció totalmente de su talento como escritor, veía en la tinta y el papel una forma de desahogarse. Su amigo Max Brod publicó los manuscritos del checo aunque el escritor le había pedido que los destruyera luego de su muerte y si no hubiera sido por su desacato, tal vez Kafka hubiera pasado sin pena y sin gloria por le mundo de la literatura. Por su parte, Dora Diamant, su última compañera y quien lo vinculó nuevamente con el judaísmo, no publicó los escritos que tenía en su poder pero sí conservó ocultos, 20 cuadernos y 35 cartas, que fueron revelados por la Gestapo cuando los confiscó en 1933.
En la actualidad, después de 109 años de su muerte, sigue siendo una escritor que dejó enigmas sin responder en sus manuscritos. Además nos dejó a través de sus obras distintas reflexiones a situaciones y sentimientos humanos como la existencia sin satisfacción, la realidad de la institución familiar, los miedos y temores ante la propia vida y todos sus componentes, el miedo a la soledad pero al mismo tiempo la necesidad de la misma, la inseguridad vital, el miedo al contacto sexual, el miedo al poder proceda de donde proceda, etc. Fue un escritor que nos invitó a cuestionarnos sobre la sociedad en la que vivimos, pero que lastimosamente vio la gloria después de la muerte.
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