Tomas Tranströmer, (Estocolmo, 15 de abril de 1931) es un psicólogo, escritor, poeta y traductor sueco, cuya poesía goza de una gran influencia. En 2011 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, «porque a través de sus imágenes condensadas y translúcidas nos permite el acceso a la realidad»
Es un poeta transversal a los istmos y experimenta con material surrealista, modernista, etc, en un proceso depurativo hacia la busqueda de una mayor simplicidad y desnudez. Su lenguaje es elegante desde el punto de vista formal, a la vez que audaz: “el periódico, gran mariposa sucia”.
La mirada de Tranströmer se dirige de modo especial a la naturaleza, en complicidad con el hondón del alma humana, de la que es buen conocedor por su profesión. La temática predominante aborda los universales de la poesía: el dolor, el amor, el tiempo, la muerte, la ausencia…Siempre con el afán de mostrar retratos cotidianos de la realidad cercana, también la geográfica, con sus poemas Bálticos y sin olvidar el arte o la música.
El poeta sufrió una hemiplejia en 1990. Desde entonces no puede hablar pero sí conserva el don de escribir.
Cinco poemas de Tomas Tranströmer
Cuando bajó a la calle tras la cita de amor
Soplaba la nieve en el aire.
El invierno había llegado
Mientras hacían el amor.
La noche brilló blanca.
Él caminó rápido y alegre.
Toda la ciudad inclinada.
Transeúntes sonrientes-
Todos reían tras los cuellos alzados.
¡¡Era libre!!
Y todos los signos de interrogación cantaron la existencia de Dios
Eso creía él.
Una música estalló
Y cruzó en la nieve arremolinada
Con largos pasos.
Todo en camino del tono C
Un tembloroso compás dirigido a C.
Una hora sobre las heridas.
¡Era fácil!
Todos reían tras los cuellos alzados.
TORMENTA
De pronto el caminante halla aquí el viejo
roble gigante, como un alce convertido en piedra
con su ancha copa ante fortaleza verde negra
del mar de septiembre.
Tormenta del norte. Es el tiempo cuando las serbas
Maduran. Despierto oye en la oscuridad
Las constelaciones estampadas
En lo más alto del roble
LOS RECUERDOS ME MIRAN
Una mañana de junio es muy temprano
Para despertar, pero tarde para dormir de nuevo.
Debo ir a la hierba que está llena
De recuerdos, que me siguen con la mirada.
No se ven, se mezclan completamente
Con el fondo, camaleones perfectos.
Tan cerca que los escucho respirar
A pesar que el canto de los pájaros es estridente.
DE MARZO DEL 79
QUERIDO LECTOR
De SECRETOS EN EL CAMINO (1958)
SIESTA
Pentecostés de piedras. Y con lenguas crujientes…
La ciudad ingrávida en el espacio del mediodía.
Sepultura en luz hirviente. El tambor que acalla
los palpitantes puños de la eternidad cautiva.
El águila sube y sube sobre los que duermen.
Un sueño en que la piedra del molino se vuelve como el trueno.
Pasos del caballo con la venda en los ojos.
Los palpitantes puños de la eternidad cautiva.
Los que duermen cuelgan como péndulos en el reloj del tirano.
El águila planea, muerta, en las cascadas que fluyen del sol.
Y resonando en el tiempo -como el ataúd de Lázaro-
el ombligo que late, de la eternidad cautiva.
¡Excelente poema!